Muchas personas trabajan excesivamente, preocupadas por producir e incrementar sus ganancias económicas, confiando en su energía y buena salud. Pasan días enteros acumulando estrés y no son conscientes del enorme daño que hacen a su cuerpo y mente, las que siempre terminan cobrando la factura.
El Tiempo no Alcanza
Las actividades que antes realizabas en pocos minutos, ahora te toman varias horas. Esto es señal de que tu capacidad de concentración está fallando, te distraes con mayor facilidad, pues tu mente está dispersa. Necesitas, entonces, realizar actividades relajantes, que logren bajar la tensión física y mental.
Malhumor
Conversas mucho menos con tus compañeros de trabajo o amigos, excepto para discutir. No te dan risa los chistes y los ruidos te irritan. La pérdida del buen humor es signo de que el cansancio está afectando tu estabilidad emocional. Respira profundo, y recuerda que el trabajo no lo es todo.
Rutinario
La rutina es buena para organizarse, pero tarde o temprano lleva al estancamiento, si no se toma con inteligencia. Por eso es necesario que tomes un descanso, renueves tus fuerzas y vuelvas como nuevo.
Dejas de Lado a la Familia
El ritmo de vida y la manera de vivirla de hoy hace que dejemos de lado temas centrales como el de la familia. El trabajo, las actividades y responsabilidades a veces debilitan la relación con la familia. Un descanso, para reconectarte con ellos, puede ser bueno para la familia y para ti mismo.
Leyendo esto hazte a ti mismo esta pregunta ¿Necesito Vacaciones? Si es afirmativa, no lo dudes escápate unos días de la oficina y disfruta con tu familia pero sobre todo contigo mismo.