Viajar siempre está sujeto a ciertos imprevistos, los cuales creemos que nunca van a sucedernos. ¿Conviene sacar un seguro de viajes? Es una pregunta que muchos nos planteamos antes de tomar un avión o, especialmente, cuando viajamos a un país lejano y algo peligroso, de modo que vamos a sumergirnos en las incógnitas de, quizá, una de las partes menos consideradas del turismo pero si uno de las más importantes.
¿Conviene?
La respuesta es sí. En los últimos tiempos el turismo se ha extendido, y el avance muchas veces también requiere de precauciones. Los principales dos puntos en los que debemos concentrarnos son: los riesgos que plantea nuestro destino y la prioridad de los elementos asegurados.
La situación política o social del destino influye en estas decisiones pero no es el principal motivo. Países más desarrollados, como por ejemplo Estados Unidos, no son muchas veces incluidos en las pólizas y es un dato que debemos comprobar con lupa, ya que si no disponemos de seguro y por cualquier motivo necesitamos acudir al médico de urgencia, nuestro despiste puede costarnos una suma importante de dinero.
Países menos desarrollados como la India o cualquiera de África aumentan la probabilidad de necesitar un médico: problemas estomacales debido al agua o comida, deportes de aventura, picaduras o robo. De modos que estos destinos considerados subdesarrollados se convierten en un obligado de seguro de viaje por los riesgos que conlleva.
Aspectos a tener en cuenta
El segundo punto, la prioridad de los elementos asegurados, depende de la importancia que demos a los diferentes factores de nuestro viaje: la salud siempre será el principal motivo pero, ¿y después? Las opciones se extienden a maletas y aparatos electrónicos robados o extraviados, problemas con nuestro coche de alquiler y un largo etcétera en el que debemos, ante todo, priorizar, especialmente a la hora de ahorrarnos también algo de dinero. Seamos realistas.
Otro de los apartados a tener en cuenta es las coberturas en «letra pequeña», es decir, aquellos accidentes que no son cubiertos en muchas ocasiones al tratarse de actividades consideradas «de riesgo»: desde una caída al practicar ski hasta una pérdida de consciencia tras una jornada de surf.
Si somos europeos y queremos viajar a otro país de la Unión, posiblemente valsa simplemente la Tarjeta Sanitaria Europea, de modo que el seguro de viaje se aplica a futuras pérdidas o robos, igualmente si viajamos dentro de nuestro propio país.
Un seguro de viaje siempre es una opción obligada si viajamos a países lejanos y que plantean mayores riesgos, si bien debemos priorizar, ante todo en la salud, mientras adaptamos el resto de nuestras coberturas correctamente: no incluyas seguro para actividades de riesgo si se trata de un viaje relajado y romántico o de robos si viajas con una simple mochila en cabina con cuatro pantalones y tres camisetas para una escapada. Configura tu seguridad, adaptándola lo mejor posible a tus necesidades y, en ocasiones, al presupuesto.